martes, 26 de noviembre de 2013

Prólogo Cap VI - Forjadores del destino



La maga Daelian Whitestorm se mantenía ensimismada en sus escritos como era de costumbre. Su escritorio, atestado de pergaminos y libros, sería hasta exagerado comparado con el de un escriba, y eso sin contar que poseía varios escritorios en su dormitorio. Sus estudios eran de lo más variopintos  Daelian siempre había sentido un enorme interés por la magia y todo lo que rodea a esta. 
Un grato recuerdo le recorría la mente cada vez que se pregunta si es necesario recopilar tanta información. Entonces la maga recuperó en su mente la figura de un antiguo amigo suyo, un mago alto, de porte serio y elegante, de ojos verdes, cabellos negros azabaches y barba bien cuidada. Sin duda aquel orgulloso y atractivo mago había levantado pasiones entre las féminas  Le conocía desde hace años, y siempre había cuidado bien de ella, sus consejos siempre los había guardado fielmente en su interior: '' Todo lo que queda escrito en un pergamino perdura hasta más allá de nuestras vidas, mientras que si tan solo lo reservas en vuestra memoria, algún día se irá junto a vos''. 
Daelian sonrió al recordar las palabras de éste, y entonces el atractivo mago se esfumó para dar paso a un gato, un quejica y por supuesto arrogante felino, que era la principal razón de que estuviera tan atareada las ultimas semanas.
Varios golpes en la puerta la sacaron de sus recuerdos. Daelian abrió la puerta rápidamente y pudo observar al grupo compuesto por el alto cruzado Marther Strang, la alta sacerdotisa Beatrice Strang, el señor Alasios Doe y por supuesto el felino Frederic Kheerne. Si bien Daelian conocía bastante información de todos ellos, nunca había tenido el placer de conocerles en persona. 
Daelian les invitó cortésmente a pasar y tomar asiento, aunque la habitación no era de gran tamaño, el grupo se acomodó como buenamente pudo.
- Buenas noches señorita Witherstorm.- saludaron educadamente
Daelian les sonrió calidamente mientras se recogía la larga cabellera blanca en una coleta.
- Habéis tardado más de lo que predijisteis.- reprochándoselo a Frederic
- Lo sé, era más fácil llegar a Dalaran en otros tiempos, cuando podía teletransportarme. - respondió Frederic.- Pero bueno, todo sea por no viajar a bordo de la rosa de los mares.
La rosa de los mares era un barco mercante posesión de Chantalle Leproux que les había ahorrado tiempo en algún que otro viaje, aun así el grupo había preferido viajar en una nave de la alianza y continuar a caballo desde la tundra boreal.
Daelian observó los rostros de los allí presentes y pudo descifrar parte de la razón por la que la habían citado días atrás
- ¿A qué se debe vuestra visita?- les pregunto, aunque ya conocía la respuesta.
- Ha ocurrido algo terrible, el talismán ha sido destruido.- respondió el paladín.
- Creemos que sin el talismán, la orden no tendrá ningún sentido, el grupo se ha distanciado aún más si cabe.- continuó Beatrice.
Daelian permaneció inmóvil  observando a los allí presentes pudo ver el mismo patron en cada uno de ellos, todos compartían los mismos sentimientos de dolor y decepción, como si hubiesen perdido una parte de si mismos. 
La maga había viajado hacía algunas semanas hasta las cavernas del tiempo, y allí había logrado tener una conversación con la creadora de los talismanes. Si bien era cierto que los talismanes debían ser destruidos mediante una alteración de energía llevada a cabo por varios cristales de poder,  Nizdorni le había dejado claro que el talismán de la luz sería destruido de otra manera. Las dudas internas de la guardiana y el odio manifestante entre los miembros de la orden provocaría que el talismán se quebrara en pedazos.
- Si queréis mi consejo, puesto que deduzco que si habéis hecho  tan largo viaje no ha sido para otra cosa que para que os aconseje, creo que deberíais continuar con vuestra vida.
- Pero eso ya no es tan fácil joven.- dijo Alasios
- Es cierto, nos hemos visto envueltos en asuntos que ni siquiera podríamos haber llegado a imaginar. ¿Como pretendes que sigamos como si nada?- dijo la sacerdotisa
- Comprendo vuestra situación, pero es algo que debéis hacer.
- Somos parte de la orden, y aunque el talismán haya sido destruido, hasta que no caigamos nosotros la orden seguirá existiendo.- dijo la Marther
La maga sonrío ante las palabras del grupo.
- Si estáis tan decididos de que la orden continuará aun sin la existencia del talismán, podríais hallar vuestras respuestas en la búsqueda de otro artefacto que sustituya al talismán  Azeroth está lleno de artefactos mágicos...
El paladín interrumpió poniéndose en pie con el semblante serio mientras mantenía la mirada fija en los azules ojos de la maga.
- Vos no lo entendéis  y jamás lo entenderéis  Vuestro rostro denota juventud e insensatez, no habéis pertenecido a la orden, no sabéis cuanto significaba ese objeto para todos nosotros. 
Daelian se puso en pie seriamente encarándose con el paladín
- No me tratéis como una niña, y menos cuando habéis venido a pedirme consejo.
Marther guió la mirada hasta Frederic, el cual le hizo un gesto para que se relajara. Ambos tomaron asiento de nuevo y la maga continuó hablando:
- Nizdorni, la creadora de los talismanes creó hace años cinco talismanes. Tras varios años, la orden se encargó de destruirlos uno a uno, hasta que quedó el talismán de la luz, el cual se encargaron de proteger para evitar que cayera en manos equivocadas. Esa fue la verdadera razón por la que se fundó la orden. Ahora ese talismán se ha... autodestruido por así decirlo. Un ciclo ha terminado, y otro ha de comenzar, pero para ello debo estar segura de que la orden es algo más que una simple encomendación, de que es parte de vosotros.
El grupo escuchaba atentamente las palabras de la joven. Daelian continuó.
- Como bien sabéis  los talismanes no aparecieron de manera natural, fueron creados. Y como hizo antaño Nizdorni...-la maga desenrollo un largo pergamino con notas precisas. 
 - Nosotros crearemos nuestro propio talismán.-continuó la maga
Los allí presente se encontraban asombrados y con incredulidad ante lo que habían oído.
- No es posible... ¿Que guarda ese pergamino Daelian?- preguntó Frederic
- La forma en que se construyeron los talismanes iniciales.
- ¿ Sabéis a lo que os arriesgáis teniendo algo así en vuestras manos verdad?- dijo Marther
- Lo sé, pero no durará mucho, tras la creación del talismán el pergamino será quemado.
- ¿Como evitará eso que los miembros de la orden decidan crear cuantos artefactos deseen, una vez sepamos como se construyen?- preguntó Frederic
- Ninguno sabréis al completo como se construyen, alguno os encargareis de encontrar unas piezas mientras otros iréis en busca de otras. De manera que con la desconfianza que existe entre vosotros jamás revelareis vuestra parte del trabajo por si vuestros compañeros no os son tan sinceros al revelaros su parte.
- ¿Que ocurrirá con el resto de la orden, no serán informado?- preguntó el paladín
- Querido...vosotros tenéis tanto derecho como ellos a crear el artefacto. Y he de deciros que la rosa de los mares es mucho más rápida de lo que creéis  vuestros compañeros han partido hace horas en busca de la primera pieza...

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