martes, 16 de abril de 2013

Biografía de la trama principal


CAPÍTULO II - VIAJEROS DEL TIEMPO




          Nizdorni era una dragona del vuelo de bronce, sin embargo por alguna desconocida razón había sido criadas por mortales, con los que se sentía identificada. La Intención de Nizdorni al crear los talismanes fue noble desde un principio, pero el uso que se le había dado a estos talismanes no lo fue tanto. Nizdorni, que no había sido aceptada en el vuelo de bronce en un principio por su procedencia, siempre se había sentido identificada con las razas mortales. Debido a eso creó los talismanes, para ayudarles a ellos, para guiarles. Pero por ese preciado poder cualquier mortal sería capaz de corromperse, por ello algunos talismanes habían llegado a usarse para matar o hacer daño.
        Conociendo lo sucedido, Nizdorni tomó la decisión de destruir los talismanes, pero no era tarea fácil. La única forma de destruir un talismán era reunir cinco cristales de poder. Los cristales de poder encerraban una gran energía que al juntar cinco de estos destruirían un talismán. Nizdorni había creado los cristales justos para destruir los cinco talismanes, pero ya que nunca
pensó que se vería obligada a destruirlos, estos cristales habían sido escondidos a conciencia por todo Azeroth. Aunque Nizdorni recordaba la ubicación de los veinticinco cristales, desde que los escondió había pasado un largo periodo de tiempo. Las guerras, el tiempo, el mismísimo cataclismo habían cambiado todo Azeroth en cuestión de años. Un cristal ubicado en Ahn'qiraj hoy en día era imposible de conseguir. Con lo cual la manera ideal de encontrarlos era crear portales al pasado para viajar a una determinada época y conseguirlos allí trayéndolos al presente. 
         Con Erinthia, Karshten y Ody como maestros estrategas de batalla, la orden se adentró en el pasado y recuperaron poco a poco todos los cristales. Primero destruyeron el talismán del sueño y el talismán del fuego, más tarde destruyeron en de las sombras y el del hielo, y por último quedaba el de la luz. Cuando reunieron los cinco cristales que destruirían el talismán de la luz, se dispusieron a destruirlo, pero en el último momento ocurrió lo inesperado. Kashadia, la enemiga mortal de la orden, apareció de repente arrebatándoles el último talismán. Tras huir Kashadia, encontraron a Nizdorni inconsciente en los alrededores. Nizdorni había sido atacada por Kashadia, cuando le explicaron lo sucedido Nizdorni tuvo una visión. En esta visión se podía ver como todos los miembros de la orden morirían a manos de su enemiga. Con un talismán que le mostraba el futuro, la orden no tenía nada para enfrentarse a un poder similar, caerían ante ella. Mientras Nizdorni investigaba la manera de salvarlos, Kashadia atacaba a miembros de la orden sin cesar. 
       Días después Nizdorni reunió a algunos miembros de la orden, parecía que había encontrado una pequeña y remota posibilidad de salvarlos a todo, pero no sería tarea sencilla. Nizdorni, Erinthia, Ody y Kendra viajaron hasta la guarida del vuelo de bronce: las cavernas del tiempo. Allí Nizdorni había pedido un permiso especial para viajar a un punto exacto del pasado. La única manera de salvarse y derrotar a Kashadia era realizar un viaje en el tiempo. Los talismanes habían cambiado de dueños y de lugar varias veces en los últimos años, con lo cual era prácticamente imposible ir al pasado y encontrar a un guardián. Excepto a uno, hubo una guardiana, que por una chispa del destino logró escapar de una masacre segundos antes de que sucediera. Esta joven bendecida por la luz, huyó de Stratholme tras tener una premonición de lo que pasaría. Pero la joven no sabía que si evitas que un hecho suceda, el talismán no muestra la siguiente visión, con lo cual la desdichada joven moriría horas después de escapar de la ciudad. Ya que la masacre de Stratholme era un suceso definido en el tiempo con una fecha clara, era posible hacer el viaje en el tiempo para localizar a la guardiana y obtener su talismán.
       Esta guardiana era la otrora renegada y enemiga de la orden, Thilane Strange.
La aún humana Thilane escapaba de la ciudad y se topó con el grupo. Nizdorni le explicó lo sucedido, y al darle la mano a Thilane le mostró en una visión todo lo que los talismanes y su yo del futuro causarían. El grupo reclamaba el talismán de las sombras para llevarlo al presente y así poder combatir a Kashadia, pero había un importante dato que Nizdorni no recordaba, cada talismán tenía cualidades especiales, y el talismán de las sombras tenía una, el talismán solo mostraría visiones a la primera persona que lo encontrara. Con lo cual, el talismán no les serviría de nada si no llevaban a Thilane con ellos. Incumpliendo 1248 normas de los viajes en el tiempo, el grupo llevó a la humana hasta el presente. Algunos miembros de la orden se vieron muy afectados, una enemiga suya a la que asesinaron se encontraba ahora entre ellos para ayudarlos. 
        Durante las siguientes semanas Thilane salvó a algunos miembros de la orden del ataque de Kashadia. Cuando esta tuvo la visión de la batalla fina, reunió al grupo. Thilane conocía a Kashadia, ambas estudiaron juntas en Dalarán pero las deferencias entre horda y alianza habían hecho que ambas se distanciaran, además de que Kashadia cada vez se interesara más por la magia oscura y Thilane por la luz. Kashadia era inmortal. Tiempo atrás, la hermanda gemela de Kashadia había realizado un pacto con un demonio para salvar a su hermana de una muerte segura. El demonio se cobró varias vidas para cumplir el deseo de la joven elfa, y selló el alma de Kashadia al cuerpo de Eilwen. Ambas hermanas compartían el mismo cuerpo, pero el poder de Kashadia era mayor al de su hermana, así pues consiguió eclipsarla dentro de su propio cuerpo. Si la elfa conocida como Kashadia era asesinada, tan solo se habría matado el cuerpo de Eilwen y su alma, pero la de Kashadia poseería otro cuerpo. La única manera de terminar con ella era encerrarla en un recipiente.
        La noche de la batalla final, algunos miembros de la orden no habían acudido al lugar, así que los pocos que estaban decidieron actuar. Thilane partió la noche anterior para adentrarse y conseguir información del lugar y la situación. Cuando el resto del grupo, formado por Iridy, Ody y un nuevo miembro Iruam llegaron a la zona, se encontraron con una amarga sorpresa. Erinthia, la superviviente de la primera orden se hallaba entre ellos con un aura oscura y los ojos completamente negros negándoles el paso. Kashadia la había poseído, y no era la única. Erinthia se enfrentó a Iridy atacándola desde su dragón y con su fiel tigre espectral. Cuando Iridy parecía acabada, intentó una última cosa, se introdujo en la mente de Erinthia e hizo que esta atacará a su propia mascota. Aquello le dolió tanto que la sacó del trance. Debido a las heridas de ambas, se marcharon a través de un portal para poder curarse. Cuanto el grupo siguió avanzando, Nizdorni se les unió y se encontraron entonces con su siguiente compañero convertido ahora en enemigo, Sintharia. La elfa de la noche caballera de la muerte se enfrentó a Iruam, y tras una dura batalla, Iruam consiguió romper el arma de esta. Entonces se desvaneció el hechizo, y esta decidió marcharse. Justo al llegar a la torre donde Kashadia se encontraba, en la base de esta tuvo lugar la tercera batalla. Karshten había sido poseída también. Karshten se enfrentó a Ody, aunque ambos se amaban, los golpes de Karshten hacían mella no sólo en la piel de Ody, si no también es su corazón. Aunque Karshten no era consciente, seguía atacando a Ody, este se negó a hacerle daño, y Nizdorni e Iruam solo podían permanecer quietos mientras veían con tristeza que Karshten estaba matando a la persona que amaba. Las palabras de Ody pudieron vencer el hechizo de Karshten, y entonces esta cayó al suelo rompiendo a llorar por lo que había hecho. Nizdorni se la llevó a un lugar más seguro, y Ody e Iruam siguieron avanzando.
       Al subir a lo alto de la torre se encontraron con Thilane. Les informó de la situación a ambos y siguieron avanzando. Justo antes de llegar a donde se encontraba su enemiga, debieron enfrentarse a sus esbirros y demonios. Cuando estaban frente ella, Thilane ordenó a Iruam que se quedara atrás y que en caso extremo se llevara a Ody con él por un portal.
       Thilane y Ody se enfrentaron a Kashadia. Tras una dura lucha, Thilane canalizó la energía oscura de Kashadia haciendo que junto con los ataques de Ody, esta cayera inconsciente. Fue entonces cuando Thilane realizó un hechizo para extraer el alma de esta e introducirlo en un cristal mágico. Thilane rompió el cristal mágicamente en dos trozos, cada trozo contenía la mitad del alma de Kashadia. Un trozo del cristal fue fusionado a la espada de Ody, y el otro trozo fue sellado al bastón mágico de Thilane. Lo que allí había ocurrido esa noche haría que Ody y Thilane tuvieran una gran carga, su misión ahora era evitar que se unieran los dos cristales y Kashadia fuera liberada de nuevo. Desde esa noche Ody y Thilane se convertirían en los guardianes del ocaso.
        La noche siguiente la orden se reunió. Explicaron lo sucedido al resto de miembros. Con el talismán de Kashadia conseguido, se dispusieron a destruirlo, pero se encontraron con un contratiempo. Ya que Thilane había traído su talismán desde el pasado, ahora se encontraban con dos talismanes, y tan solo podría destruirse uno. Decidieron entonces destruir el talismán de las sombras, y el talismán de la luz fue entregado a Karshten, convirtiéndose esta en la guardiana de
la orden. Esa noche se formaría la nueva orden, La Orden Eterna. La nueva orden tenía la misión de proteger el último talismán y de enseñar a los futuros miembros a continuar su legado cuando ellos faltaran. 
       Nizdorni se despidió del grupo, el vuelo de bronce le había ordenado unas tareas que debía realizar como castigo por incumplir las normas, además de perder la mayoría de sus poderes tras convencer al vuelo de bronce para que Thilane permaneciera en esta época. Así Thilane pudo quedarse en el presente junto a su amado Iruam. 
      Erinthia también se despidió del grupo, la nueva orden era fuerte, no la necesitaba, así que decidió volver a su tierra en busca de la redención.
      Nizdorni: Pronto nos volveremos a reunir, de eso estoy segura, y batallas más duras estarán por llegar. Vuestro destino desde un principio era este, ser parte de La orden eterna.

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